Este año 2024 me robó la inspiración, el Huracán OTIS me dejó con escasas letras desde el año pasado.
Poco he escrito, porque poco es lo que llega de inspiración.
No es falta de amor, no es falta de paz, no es falta de felicidad, no es falta de armonía, nada importante me falta, tengo letras, pero las guardo porque estoy contento con ellas.
A cambio tengo sueños, sueños dónde he experimentado felicidad a borbollones, despierto absorto de tanta belleza, guardando cada escena borrosa, guardando el sabor de las sensaciones que en sueños son exactamente iguales a las reales, capturó las imágenes que mas recuerdo y que luchan para volver al mundo de los sueños, y como letras se me escapan por entre los dedos, por mis brazos, por los poros de piel, sin embargo no se van por completo, se quedó una serpiente enroscada en un árbol, no por mucho tiempo pues luego cayó y quedo como un tronco que se seco sin hacer daño y sin infundir horror, se quedó un niño que apenas camina y que desborda felicidad, se quedó otro niño un poco mayor que muy ceremoniosamente arregla las cosas que estaban en desorden, se quedó una sensacion de paz, y se quedaron unas escasas letras del mundo de los sueños; el día llega y se va, luego los vientos frescos del sur acompaña la noche, pronto estaré de nuevo en el mundo de los sueños, dónde se atrapan cosas, y también algunas escasas letras.
Eduardo Torres León 